- Nombre científico: Lobodon carcinophaga
- Hábitat: Antártida
- Peligro Extinción: Preocupación Menor (LC)
- Longitud: 2,6 metros
- Alimentación: Carnívora
Contenido del artículo
Foca Cangrejera, la foca que no comía Cangrejos
La foca cangrejera, cuyo nombre científico es Lobodon carcinophaga es conocida también como foca devoradora de krill y se caracteriza principalmente por distribuirse alrededor de la costa de la Antártida.
El promedio de su tamaño es de aproximadamente 2 metros de longitud y son la especie de foca más abundante del mundo, debido a que su principal fuente de alimento es el krill antártico del Océano Austral, para el cual se ha logrado adaptar de forma única, gracias a su dentadura que le permite ingerir los pequeños crustáceos.
Estos mamíferos no atribuyen su nombre a sus hábitos de alimentación, puesto que no hay cangrejos en las aguas antárticas, por el contrario consumen mayormente krill, que son crustáceos parecidos a los camarones.
Su nombre científico tienen el siguiente significado: “Lobodon”: Diente de lóbulo y “carcinophaga”: Comedor de cangrejo. ¿Quieres descubrir más datos interesantes sobre la foca cangrejera? ¡Continúa leyendo el siguiente artículo!
Hábitat de la foca cangrejera
La distribución de las focas cangrejeras es circumpolar, puesto que sus poblaciones se extienden alrededor de la Antártida y las islas adyacentes, aunque se han registrado avistamientos o varamientos ocasionales en las costas de Sudáfrica, sur de Brasil, Australia y Nueva Zelanda.
Estos casos suelen ser letales para estos animales ya que están acostumbrados a vivir en temperaturas de congelación durante la mayor parte de su vida.
Permanecen todo el año en las áreas donde hay hielo a la deriva, principalmente dentro de la zona de la plataforma continental, en aguas de menos de 600 metros de profundidad.
Llegaron a la Antártida durante el Mioceno tardío o el Plioceno temprano, hace aproximadamente 15 a 25 millones de años, cuando dicha zona era mucho más cálida de lo que ahora es.
Son bastante ágiles en la superficie y en ocasiones pueden trasladarse a lugares lejanos, llegando los jóvenes a viajar accidentalmente hacia el interior del continente antártico.
Se han encontrado algunos fósiles de focas cangrejeras en los valles secos de la Antártida, a más de 60 millas en el interior del continente; en otros casos también se han llegado a observar canales a más de 100 kilómetros del agua y más de 1000 metros sobre el nivel del mar donde las focas llegan a momificarse en el aire seco y frío, conservándose así durante siglos.
Según diversos estudios, la foca cangrejera suele migrar en busca de alimento durante la temporada de invierno, aunque su patrón de movimiento exacto aún es desconocido, e incluso unos cuantos individuos errantes se han encontrado en las islas subantárticas.
Algunos investigadores aseguran que estos animales se mueven hacia el sur al llegar la primavera y hacia el norte durante el otoño.
Características Morfológicas y Comportamiento
La foca cangrejera se caracteriza por ser esbelta y alargada; su cuerpo puede llegar a medir desde 2,2 metros hasta 2,6 metros, mientras que su peso oscila entre los 200 y 300 kg, siendo el promedio de 230 kg.
Su piel varía en función del clima; durante el invierno se torna gris oscura, mientras que al llegar el verano cambia a gris claro.
La forma de su hocico es alargada y sobresale levemente en su cabeza. No existe un marcado dimorfismo sexual, puesto que el peso y tamaño de hembra y macho son similares, aunque la primera suele ser un poco más pesada.
Por otro lado, las crías al nacer miden alrededor de 1,2 metros y pesan de 20 a 30 kg.
Su cráneo, al igual que su hocico es un poco más alargado a comparación de otras focas antárticas, y a menudo se considera que su aspecto es similar al de un perro.
Los ejemplares más viejos se distinguen por el color de su piel, debido a que ésta se torna cada vez más pálida y puede alcanzar el color blanco.
La foca cangrejera nada de una manera bastante particular, utilizan para esto sus aletas delanteras y su región lumbar; tienen una excelente habilidad para atravesar el hielo y pueden alcanzar altas velocidades que oscilan entre los 19 y 26 km/h, siendo capaces de superar a los humanos por distancias cortas.
Por lo general, acostumbran a descansar al mediodía en el hielo.
Este mamífero experimenta una depredación significativa por parte de las focas leopardo, llegando a perder hasta el 80% de las crías en su primer año, incluso también pueden atacar a los ejemplares jóvenes, pero normalmente evitan a las adultas.
Pueden llegar a congregarse en grupos compuestos por aproximadamente 1000 individuos, y han adoptado esta costumbre debido a los constantes ataques por parte de las focas leopardo; por lo tanto, la estrategia de “seguridad en números” hace menos probable dichas depredaciones.
Aunque este comportamiento es característico en los ejemplares más jóvenes, ya que los adultos suelen encontrarse solos o se reúnen en pequeños grupos de hasta 3 individuos en la superficie o en el agua.
Por lo general, los grupos familiares están conformados por un macho, una hembra y su cachorro, los cuales comúnmente permanecen juntos hasta que éste ha sido destetado, aproximadamente luego de 14 a 21 días después de su nacimiento.
Las orcas también son consideradas otro de los depredadores de las focas cangrejeras, puesto que se les han visto creando ondas de choques para inundar los témpanos de hielo, y si las focas logran sobrevivir lo hacen con numerosas cicatrices en su cuerpo.
También dichas marcas se originan durante las peleas que ocurren entre machos durante el cortejo y el apareamiento.
Alimentación
A pesar de lo que su nombre sugiere, estas focas no comen cangrejos sino que se alimentan mayormente de krill antártico, el cual comprende más del 90% de su dieta; y debido a que este es una abundante fuente de alimento ha contribuido en el incremento de sus poblaciones.
Posee unos dientes finalmente lobulados, de cinco puntas y con filas superiores e inferiores entrelazadas que forman un filtro; los mismos están adaptados perfectamente para ingerir los pequeños crustáceos, puesto que con ellos pueden comer grandes cantidades de alimento todos los días sin ejercer mucha energía.
Las focas cangrejeras suelen ingerir otros alimentos como los cefalópodos y diversas especies de peces antárticos, aunque esto sólo constituye una porción más pequeña de su dieta.
Estos mamíferos prefieren bucear y alimentarse por la noche, aunque también pueden hacerlo al atardecer y al amanecer, llegando incluso a bucear continuamente hasta 16 horas al día.
Normalmente, para ingerir sus alimentos realizan inmersiones poco profundas de aproximadamente 40 metros, con una duración menor a 5 minutos, aunque pueden llegar a sumergirse desde 250 m hasta 430 m durante períodos superiores a 10 minutos.
La foca cangrejera se alimenta nadando a través de enormes enjambres de krill, manteniendo la boca abierta y tamizando el agua de mar utilizando sus dientes.
En vista de que la mayoría de las siete especies de krill antártico se elevan cerca de la superficie del océano durante la noche y se retiran a aguas más profundas durante el día, las focas cangrejeras se han adaptado a este comportamiento alimentándose principalmente al llegar la noche.
Época de Reproducción y Crianza
La temporada de reproducción de las focas cangrejeras tiene lugar entre septiembre y noviembre. Diversos estudios han demostrado que el cortejo y el apareamiento ocurren normalmente dentro del agua, aunque también se han encontrado algunas parejas en la superficie.
Por lo general, suelen darse combates entre machos durante el período de apareamiento, los cuales forman parte de los rituales de cortejo.
Las focas cangrejeras suelen dar a luz durante la primavera antártica, que comprende los meses de septiembre a diciembre. En lugar de agruparse en las colonias reproductivas, las hembras se transportan a un lugar más alejado para dar a luz por separado.
Cabe destacar que durante este período muchos grupos de focas juveniles y no reproductoras suelen congregarse en el hielo.
Los machos adultos asisten a su pareja y al cachorro hasta que la hembra inicia el estro, que ocurre una o dos semanas después de que el cachorro es destetado, momento en el cual el mismo comienza a tener un pelaje similar al de los ejemplares adultos.
Durante este período el macho se encargará de defender ferozmente a su nueva familia, aunque no participará en la crianza, y el grupo familiar se verá disuelto una vez que la cría es destetada, unos 14 o 21 días después de su nacimiento.
Por lo general, la cría de la foca cangrejera al nacer miden alrededor de 1,2 metros y pesan aproximadamente 20 a 30 kg, aunque al final de su período de lactancia de 3 semanas pueden llegar a pesar hasta 110 kg, puesto que la leche materna de la foca cangrejera tiene un alto contenido de proteínas y grasas; una combinación perfecta para que el cachorro pueda sobrevivir al próximo invierno.
Las hembras ayunarán durante todo el período de lactancia, llegando a perder hasta el 50% de su peso corporal, mientras que los machos por otra parte también pierden una proporción significativa de su peso cuando atienden a su pareja de apareamiento y se encargan de luchar contra sus rivales para protegerla. La hembra estará lista para aparearse nuevamente poco después del destete.
Las crías de foca cangrejera sellarán muda entre enero y febrero, el nuevo pelaje será gris oscuro en la parte superior, mientras que por debajo es gris plateado, y el mismo se tornará más claro a medida que pasan los meses.
Alcanzan su madurez sexual entre los 3 a 6 años de edad, aunque esto puede variar dependiendo de la abundancia de alimentos.
Por otra parte, esta especie puede vivir hasta los 40 años de edad aproximadamente, Aunque en promedio su vida útil es de 20 años.
Foca Cangrejera en Peligro de Extinción
Una de las principales amenazas que enfrenta actualmente la foca cangrejera es el cambio climático, puesto que la disminución del hielo marino en toda la antártida ha provocado una disminución considerable de las poblaciones de krill, que dependen de estas condiciones climáticas para fines de reproducción; siendo alterados notablemente los hábitos de alimentación de esta especie.
Con la disminución de las poblaciones de krill las focas cangrejeras también han experimentado una notable disminución en su número de individuos a lo largo del tiempo, producto de la poca cantidad de alimento para los millones de ejemplares que existen en el continente.
Otro de los peligros que comúnmente enfrenta este mamífero es la caza comercial, puesto que es una especie bastante codiciada en el mercado al no poder ser de fácil acceso y requerir un alto costo para operar en el área.
Por otro lado, la pesca de krill también ha causado un gran impacto en los hábitos de alimentación de este animal, debido a que muchos pescadores han desarrollado nuevas técnicas para convertirlo en un suplemento para alimento de peces.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la foca cangrejera se encuentra clasificada como una especie de Preocupación Menor (LC).
Por otra parte, existen distintas acciones que se han tomado para preservar esta especie. Una de ellas es la medida tomada por el Departamento de Caza y Pesca de Alaska, el cual se ha encargado de proteger a la foca cangrejera de la caza comercial, mientras que el Tratado Antártico y la Convención para la Conservación de las Focas Antárticas han regulado todas las matanzas de focas en la región.
Por otro lado, en enero del año 1998 se ratificó el Protocolo de Protección Ambiental del Tratado Antártico, a través del cual se implementaron medidas ambientales como la prohibición de la minería y la extracción de petróleo en la Antártida durante al menos 50 años, así como también se prohibió el uso de pesticidas en la región.
A pesar de las circunstancias negativas, las poblaciones de foca cangrejera están conectadas, su ritmo de reproducción es estable y algunos estudios científicos han demostrado que su evidencia genética no sugiere separaciones de subespecies; incluso también se ha detectado que está especie no ha sufrido una disminución sustancial y sostenida en el pasado reciente.
A pesar de que actualmente no se cuenta con una cifra exacta del número de ejemplares, las estimaciones anteriores hechas a través de avistamientos oportunistas y mucha especulación, han arrojado que existe alrededor de 7 millones de individuos, aunque estas cifras varían enormemente y en otros estudios realizados se han logrado calcular hasta 75 millones de individuos.
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