- Nombre científico: Canis Lupus Baileyi
- Hábitat: México y EE.UU
- Peligro Extinción: En Peligro (EN)
- Altura: 60-80 cm
- Alimentación: Carnívoro
Contenido del artículo
Lobo Mexicano, el Último Lobo del Continente Americano
El lobo mexicano, cuyo nombre científico es Canis Lupus Baileyi, es una subespecie que se caracteriza por ser genéticamente distinta al lobo perteneciente al extremo norte de América.
Cabe destacar que es la más pequeña de las subespecies entre esta familia, llegando a alcanzar una longitud inferior a los 135 cm y siendo 80 cm su altura máxima, como índice aproximado.
Un aspecto de sumo interés es que los lobos tienden a nacer durante la noche, y cuando por fin son concebidos, presentan defectos visuales y auditivos; sin embargo esto dura muy poco tiempo desde su nacimiento.
Hábitat del Lobo Mexicano
El lobo mexicano, cuyo nombre científico es Canis Lupus, en la antiguedad solía estar distribuido en terrenos bastante extensos dentro del Continente Americano, Eurasia y Oriente Medio.
Sin embargo, desde inicios del siglo XX, como consecuencia de la cacería llevada a cabo por el ser humano, la expansión de gran cantidad de poblaciones y sus infraestructuras, su población ha disminuido progresiva y considerablemente, llegando casi a su exterminio.
Esta es una especie que cuenta con inmensa capacidad de adaptación cuando las condiciones de su hábitat se tornan complicadas. Razón por la cual, en la actualidad, pueden ser encontrados en aquellas zonas que cuenten con los medios necesarios para la subsistencia.
Debido a que se adaptan con mucha facilidad al entorno que los rodea,pueden habitar en lugares como tundras, montañas y desiertos no representando mayor dificultad. Como madriguera suelen usar cuevas o huecos en troncos y rocas.
El lobo mexicano, representa una de las 30 subespecies que existen del lobo gris. A mediados del siglo XX, el hábitat de esta subespecie abarcaba muchas áreas desde el suroeste de los Estados Unidos (Arizona, Nuevo México y Texas), en México, específicamente en la Sierra Madre Oriental (Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo).
En el Eje Neovolcánico (Estado de México, Morelos, Puebla), la Sierra Madre Occidental (Sonora, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Zacatecas, Jalisco) y en las montañas de Oaxaca.
Gracias a registros históricos, se conoce que el Lobo Mexicano era de cierta forma escaso en el extremo suroeste de Norteamérica.
Durante los años 50’s, en una población de San Luis Potosí se encontraron algunas poblaciones, sin embargo, durante los años 60’s éstas ya empezaban a ser aisladas y escasas, sólo existían dos regiones con lobos: Las montañas áridas del este de Chihuahua, oeste de Coahuila y la Sierra Madre Occidental.
El Lobo mexicano solía vivir en climas templados del tipo semiárido a seco. Con respecto a la vegetación que predominaba en las montañas donde habitaba, éstas se caracterizaban por presentar bosques templados de encinos y de coníferas. También merodeaba por planicies, en las que abundaba el pastizal.
No obstante, este lobo tiende a adaptarse aún a las difíciles condiciones de los desiertos mexicanos. En territorios estadounidenses y también en Canadá se han logrado registrar densidades de un lobo por cada 26 a 520km2; las densidades del Lobo Mexicano parecen estar situadas en un extremo bajo con respecto a ese rango.
Características Morfológicas
Entre las más de 30 subespecies de Lobo que habitan en Norteamérica, el lobo mexicano es la más pequeña. En su forma y tamaño posee mucha similitud con un perro mediano.
Cuenta con un esbelto cuerpo y una constitución sólida, sus orejas son de gran tamaño, rectas y con una punta redondeada; su cabeza es angosta, con una forma angular y un cráneo largo.
La cola del lobo mexicano se encuentra cubierta por un denso pelaje y se caracteriza por ser proporcionalmente larga al cuerpo. Largas y esbeltas son sus patas, las cuales también presentan anchos cojinetes, de aproximadamente 10 cm de ancho por 8.5 cm de largo.
En cuanto al pelaje, éste varía en distintos lugares del cuerpo, por ejemplo, en el dorso tiende a ser más denso que en los hombros; en la parte anterior de la espalda es más largo que en el resto de las extremidades y forma una melena.
El lobo mexicano presenta una peculiar coloración café amarillento a café grisáceo. La tonalidad en los pelos varía, siendo en el dorso y los hombros, oscura; mientras que en las partes inferiores son de colores claros. En su cabeza se pueden observar lugares en donde predomina una tonalidad oscura sobre un fondo grisáceo u ocre.
Posee un hocico de color oscuro, cachetes y orillas de los labios de blanco, y el puente de su nariz es ocre. La cola cuenta con pelo largo, aunque no muy denso de tonalidad café grisácea u ocre, presentando pelos negros en el dorso y en la punta.
Sus extremidades delanteras de color blanco amarillento que cuentan con una línea delgada rojiza. Con respecto al tamaño del Lobo Mexicano, éste suele variar entre 1 y 1.3 m de largo total y su altura es de 60 a 80 cm.
Los machos cuentan con un promedio de 30 a 40 kg, superando además en altura a las hembras, las cuales pesan entre 25 y 30 kg. Cabe destacar que un lobo del norte del continente puede presentar el doble de peso.
Presenta glándulas que emanan olores particulares en la base de la cola, en los genitales, entre los dedos y en la piel. Suele marcar territorio con orina y excretas. Posee una dentadura idéntica a la de los perros, compuesta de incisivos, caninos, premolares y molares, para un total de 42 piezas.
El lobo mexicano es tanto diurno como nocturno, suele formar grupos familiares, denominados manadas, con una estructura social compleja y constituida bajo un modelo jerárquico.
Estos grupos están formados por un macho alfa y varias hembras adultas, el resto son juveniles, lobeznos y adultos subordinados. Comúnmente está compuesto por cinco a ocho individuos, aunque pueden llegar a ser hasta 36.
En el orden jerárquico de la manada, sólo el macho dominante, conocido como alfa y las hembras pueden reproducirse. Los integrantes al final de la jerarquía se conocen como “omega”.
Existe un territorio específico y delimitado para cada manada y al momento de moverse para diversos fines, suelen hacerlo en un orden establecido, siendo éste una sola fila; manteniéndose así a lo largo de arroyos, caminos y senderos naturales.
Un inmenso repertorio de expresiones del cuerpo, la cara, varios ladridos, gruñidos y chillidos figuran dentro de sus formas de comunicación.
No obstante, los lobos poseen gran fama debido a sus impresionantes aullidos, los cuales facilitan a la manada el contacto frecuente y la señalización de su territorio. Estos sonidos pueden oirse a una distancia aproximada de 2 km.
Alimentación del Lobo Mexicano
Los lobos mexicanos se caracterizan por ser animales carnívoros, es por ello que están ubicados en la cima de la cadena alimenticia. Por lo tanto, esto es un claro indicador de que el número de posibles depredadores es bastante reducido.
Existen diversas teorías acerca de que el lobo mexicano, antes de la desaparición de su hábitat natural, solía alimentarse de venados bura, borregos cimarrones, ciervos cola blanca y antílopes americanos. Entre su dieta también figuraban los pecaríes de collar, pavos salvajes, liebres, conejos y roedores.
Cuando inició la disminución con respecto a la disponibilidad de estas especies, se empezó a dirigir a las granjas, matando el ganado y provocando que los ganaderos mexicanos y estadounidenses dieran comienzo a una persecución y caza indiscriminada de este animal en particular.
El lobo mexicano adapta su comportamiento al cazar con respecto al tamaño de la presa y a si éstas se encuentran en manadas o solas. Cuando están maduros, los lobos mexicanos presentan una dentadura adaptada para cortar y triturar a las presas que logren cazar.
Disponen de unas mandíbulas muy potentes, las cuales les permiten bloquear a su presa, de tal forma que la mantiene mordida, mientras intenta separarse del agresor. Al momento de degustar la presa, emplean sus molares puntiagudos para extraer la carne, procurando ingerir la mayor cantidad que le sea posible.
Habitualmente acostumbra a cazar por la noche y al momento de cazar en grupo se organizan de manera estratégica, con la finalidad de emboscar exitosamente a la víctima. Aquellos lobos mexicanos que no están integrados en alguna manada, tienden a cazar animales de menor tamaño, los cuales representen una menor dificultad al momento de capturarlos.
En la manada se dividen las responsabilidades equitativamente, esto se evidencia en sus rutinas cotidianas, debido a que mientras que un grupo de lobos mexicanos está cazando, otros se encuentran cuidando a las crías.
Cuando los cazadores se reúnen nuevamente con el grupo familiar, aquellos que ya han comido comienzan a regurgitar carne, brindándosela a los pequeñas cachorros para que éstos puedan alimentarse.
Reproducción de los Lobos Mexicanos
Los lobos mexicanos se caracterizan por ser monógamos. En su grupo familiar o manada existe un macho y una hembra alfa, los cuales permanecerán unidos hasta que uno de los dos llegue a morir. El desarrollado y agudo sentido del olfato de estos animales posee un papel fundamental durante su período reproductivo.
Las glándulas de olor segregan feromonas, las cuales se unen con la orina de la hembra. Adicional a esto, su vulva tiende a dilatarse cuando está en su período de celo. Todo este conjunto de señales, químicas y visuales, le indican al macho que la hembra se encuentra en condiciones para iniciar la reproducción, preparada orgánicamente para aparearse.
El proceso de apareamiento tiene lugar cada año, comúnmente entre los meses de febrero a marzo, en temporada de invierno. El estro o período en celo de una hembra puede tener una duración de entre 5 y 14 días.
Durante el acto, hay altas posibilidades de que salga a relucir la tensión dentro de la manada, por lo que que cada macho maduro sexualmente se siente atraído por unirse a una hembra.
Una vez en período de gestación, la hembra deberá esperar un lapso de 60 a 63 días para dar a luz, naciendo aproximadamente de 3 a 9 crías.
Los cachorros nacen con defectos auditivos y visuales, es decir, sordos y ciegos; razón por la cual, durante las primeras semanas de nacidos se encuentran dentro de la madriguera, donde son cuidados y protegidos por ambos padres. La hembra los asea y alimenta, mientras que el macho se encarga de brindarles protección.
Los cachorros del lobo mexicano nacen sin dientes y el pelaje tiende a ser un poco más oscuro que el de los adultos. No obstante, éste se aclara progresivamente hasta alcanzar un color marrón grisáceo, con tonalidades negras y blancas.
Las jerarquías sociales dentro de la manada se enseñan a muy temprana edad. De hecho, a los 21 días de nacidos, ya inician algunos enfrentamientos entre las crías.
Esto iría definiendo, progresivamente, los rangos jerárquicos dentro de la manada, clasificándose, poco a poco en miembros omega y beta. Su madurez sexual la alcanzan a los dos años de edad y al cumplir tres meses, los lobeznos abandonan la madriguera.
Lobo Mexicano en Peligro de Extinción
Según registros históricos, el lobo mexicano estaba distribuido en diversas regiones. Podía encontrarse en la zona desértica de Chihuahua y Sonora, pasando por el centro de México hasta la región del extremo oeste de Texas, en Nuevo México y Arizona.
A comienzos del siglo XX, la poca disponibilidad de los ciervos y alces en el hábitat natural del lobo mexicano, arrojó como consecuencia que éste adaptara su dieta a un panorama completamente distinto. Como resultado comenzaron a cazar el ganado doméstico que se encontraba en las adyacencias de su territorio.
El intento por exterminar al lobo mexicano fue producto de distintas campañas realizadas por entes privados y del gobierno.
El objetivo era contribuir a la reducción de las poblaciones que representaban un gran peligro para el ganado vacuno, debido a que estas impedían la constante expansión de la industria ganadera de la región. Estas políticas resultaron exitosas, ya que en 1950, el Lobo Gris Mexicano había sido prácticamente eliminado de su distribución original.
En el año 1976, el Lobo Mexicano fue declarado en estado de amenaza, incluido en la Ley de Especies Amenazadas; aunque se consideró un poco tardía la toma de esa decisión, ya que para ese momento sólo quedaban en libertad unos pocos especímenes.
Su situación, aún con esa medida, no mejoró del todo, ya que en la actualidad está clasificado según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) como En peligro, en un estado de amenaza.
Sin embargo, gracias a las contribuciones y esfuerzos que se están llevando a cabo para su recuperación y conservación a partir de ejemplares nacidos y criados en cautividad, el panorama ha cambiado radicalmente.
A fin de evitar su completa erradicación, México y Norteamérica en conjunto, tomaron la decisión de capturar 5 lobos e integrarlos a un programa especial, en el cual serían criados en condiciones de cautiverio.
Estos ejemplares, una hembra y cuatro machos, fueron recogidos vivos en México entre los años 1977 y 1980. El cubrir las necesidades ambientales y biológicas requeridas para que estos animales pudieran vivir y reproducirse de manera natural, fue incluido dentro del programa.
En el año 1998, en Estados Unidos se inició la reinserción de los animales que se encontraban en cautiverio. En México, en el año 2011, la CONANP en conjunto con el Grupo de Especialistas para la Recuperación del Lobo Mexicano, organizaron y llevaron a cabo la experiencia de reintroducción por primera vez.
La liberación más reciente que se produjo en territorio mexicano fue en el mes de septiembre del año 2018, evento en el cual la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas dejó en libertad, dentro de su hábitat natural, a una manada de siete ejemplares.
En este grupo de lobos mexicanos dejados en libertad, a las especies adultas se les fue colocado un collar de telemetría satelital, con la finalidad de hacer un seguimiento, conocer sus movimientos y actividades cotidianas.
Actualmente, existen aproximadamente 300 especies, protegidas y en cautiverio, dentro de México y Norteamérica. Los lobos grises mexicanos que viven en libertad superan los 44 y esta cantidad, por fortuna, aumenta progresivamente.
Deseamos que con este artículo hayas podido conocer más en profundidad al Lobo Mexicano. Muchas gracias por haber visitado nuestra web de animales en peligro de extinción para informarte sobre este bella especie que habita generalmente en Mexico, pero antes de que te vayas, quisiéramos pedirte 1 segundo de tu tiempo 😉
La creación de esta web de animales en peligro de extinción, lo realizamos sin ningún animo de lucro.
Tan solamente nos mueve nuestro enorme amor hacia los animales y la total convicción de la lucha para su protección. En un mundo globalizado gracias en parte a Internet, somos conscientes de la importancia que tienen las redes sociales para difundir este tipo de mensajes para proteger al lobo mexicano en peligro de extinción.
Es por ello, por lo que te agradeceríamos de corazón, si compartes este artículo en tus redes sociales para difundir nuestro mensaje con tus amigos y familiares sobre la necesidad de proteger a este majestuoso lobo mexicano en peligro de extinción.
Muchísimas Gracias !!!!!!!