- Nombre científico: Betta splendens
- Hábitat: Indonesia
- Peligro Extinción: Vulnerable (VU)
- Longitud: 6,5 cm
- Alimentación: Herbívoro- Omnivoro
Contenido del artículo
Pez Betta, el Pez Nacional de Tailandia
El pez betta, cuyo nombre científico es Betta splendens, también es conocido como pez luchador siam, pertenece a la familia Osphronemidae y se caracteriza por ser altamente territorial; los machos, por una parte pueden presentar altos niveles de agresión, mientras que las hembras suelen ser un poco más pacíficas.
Estos peces son muy llamativos por las formas de su cola y entre las más llamativas también figuran la doble pluma, media luna, corona y muchas otras variaciones; otorgándole cierto toque de elegancia que resulta cautivador.
El pez betta es sumamente popular, pudiendo observarlos en los acuarios de todo el mundo por ser una especie de alta demanda, aunque se caracteriza por ser nativo de la Cuenca del Mekong de Tailandia, Camboya, Laos y Vietnam, descubierta por primera vez en el sudeste de Asia.
Su rasgo más resaltante son sus colores vibrantes, razón por la cual cautiva a todo aquel que le observa ¿Quieres descubrir los datos más curiosos de este elegante pez? ¡Aprende más en el siguiente artículo!
Hábitat del Pez Luchador Siam
El pez betta es originario de las aguas poco profundas de Tailandia, Malasia, Indonesia, Vietnam y parte de China; incluso, el Departamento de Pesca de Tailandia promueve a esta especie como el pez nacional. También es conocido como ‘’plakad’’ en su lugar de origen y a menudo se le denomina ‘’Joya de Oriente’’.
El pez betta lleva el nombre de un antiguo clan de guerreros llamado Bettah, y le fue conferido luego de que las luchas de peces se hicieran populares en el siglo XIX.
Habita en estanques, arroyos de corriente tranquila y pantanos, incluyendo también desde arrozales hasta planicies inundadas, a temperaturas que rondan los 24 a 30 °C.
También han sido introducidos en muchos lugares dando lugar a poblaciones no nativas en distintos países, debido a que es conocida como una de las especies más populares criada y vendida en el comercio de acuarios.
Este pez ha logrado adaptarse a medios acuáticos de pH ácido y su hábitat se caracteriza por presentar abundante vegetación; esto último, ligado a las condiciones que se mencionaron anteriormente, reduce los niveles de oxígeno y se convierte en la causa principal del desarrollo evolutivo del pez betta.
Características del Pez Betta
El pez betta mide aproximadamente 6,5 cm de longitud, y es conocido tanto por sus colores brillantes como por sus llamativas aletas, las cuales suelen ser relativamente cortas en los individuos en libertad, mientras que en los criados en cautiverio las aletas tienen una forma más alargada.
Su coloración natural está compuesta por distintas tonalidades como verde opaco, gris, marrón, azul y rojo; incluso se han registrado casos en que algunos ejemplares del pez betta presentan los cinco colores al mismo tiempo. Sin embargo, según estudios científicos los peces betta silvestres presentan sólo tonalidades verdes oscuras y marrón.
Por lo general, el pez betta hembra suele ser más grande que los machos, aunque su característica más distintiva es que las aletas no llegan a desarrollarse tanto, siendo los machos quienes cuentan con aletas más alargadas. Y el último rasgo que los diferencia es que la coloración de la hembra puede llegar a ser menos brillante.
Este animal dispone de un órgano especial llamado laberinto que le permite tomar aire directamente de la atmósfera, el cual almacena en su interior para sobrevivir en lugares con bajos niveles de oxígeno como arrozales con poca profundidad, aguas estancadas e incluso contaminadas.
También le facilita la tarea de enfrentarse a condiciones adversas en su entorno, por ejemplo al encontrarse fuera de ecosistemas acuáticos, pudiendo sobrevivir a esta situación por corto tiempo; siempre y cuando su cuerpo se mantenga húmedo.
Dispone también de una boca con una forma bastante peculiar, que generalmente se le conoce como ‘’inversa’’, la cual le permite alimentarse con facilidad en la superficie del agua
El cuerpo del pez betta es alargado y comprimido a los lados, posee unas aletas dorsal y anal bastante desarrolladas, mientras que la caudal no lo está del todo.
Se han realizado distintos cruzamientos genéticos que han dado lugar a diferentes tamaños y formas de aletas, es por ello que se considera una especie con muchas variaciones; entre ellas puede mencionarse al pez betta cola de velo, siendo éste el más común.
También el pez Betta de aletas cortas o mejor conocido como plakat, que se caracteriza por ser una de las variedades más agresivas, robustas y activas. Por otro lado, el pez betta media luna es uno de los más llamativos debido a su aleta caudal de 180 grados, por la que se le atribuye su nombre.
Existe otra subespecie llamada Dumbo, y tiene como característica principal sus enormes aletas pectorales. Y por último, el pez betta dragón destaca por sus escamas con brillos metálicos y colores resaltantes. Claro está, existe otro gran número de variedades, pero las mencionadas anteriormente figuran entre las más populares.
También es importante señalar que tiene la costumbre de enterrar su cuerpo en la tierra húmeda, esto con la finalidad de enfrentar las temporadas de sequía extrema. Presentan comportamientos territoriales y pueden llegar a ser bastante agresivos, siendo esta la razón por la cual se le confiere el nombre de Luchador de Siam.
En las luchas entre individuos suelen ejecutar una danza rigurosa en la que ambos peces se desafían a nado, extendiendo sus aletas y atacando al otro; terminan por destrozarse las aletas, ocasionando heridas severas que en muchos casos producen la muerte de alguno de los ejemplares.
Incluso, en ocasiones algunas personas acostumbran a criarlos en cautiverio para utilizarlos en combates, ya que en éstos, los espectadores apuestan dinero al ganador. Siendo considerado un acto de entretenimiento en algunos lugares como Tailandia.
Las hembras se consideran más pacíficas, aunque también pueden llegar a presentar ciertas conductas territoriales, llegando exhibir comportamientos agresivos con los machos en algunos casos.
Según diversos estudios, las hembras que pertenecen a grupos pequeños suelen formar un orden jerárquico y en ocasiones pueden llegar a atacarse unas a otras.
Un dato bastante curioso es que algunos individuos machos atacan a otra especie de peces al ser muy coloridos, ya que tienden a confundirlos con otros peces betta. No obstante, muchos de estos animales sí pueden llegar a convivir con otros ejemplares e incluso con otras especies de peces.
Alimentación del Pez Betta
Los peces betta pueden presentar hábitos tanto omnívoros como herbívoros, estando compuesta su alimentación por recursos que forman parte del medio en donde se desenvuelven y entre los cuales figuran mosquitos, gusanos, pequeñas larvas, zooplancton, e insectos que pueden caer al agua como saltamontes o grillos.
En acuarios y demás ambientes artificiales consumen distintos productos cárnicos, tales como artemia, salina, krill y gambas, siendo esta una dieta que repercute en la pigmentación de su piel al añadirle tonalidades más vivas, así como también ayuda a incrementar su años de vida, haciéndolo más longevo.
Se caracterizan por ser principalmente insectívoros, siendo poco común que consuman vegetación de forma típica, no obstante pueden llegar a ingerir materia vegetal si ésta se encuentra disponible.
Según distintos registros, los peces betta suelen comer sus alimentos cotidianos acompañados de algas marinas, aunque normalmente también las consumen antes de cada comida.
Reproducción
La temporada de reproducción del pez betta tendrá lugar en cualquier época del año, cuando los individuos se hayan desarrollado completamente y estén listos para desovar.
No obstante, también influye la presencia de distintos factores que brinden unas condiciones óptimas, con respecto la alimentación y el hábitat, para que de esa forma, la reproducción sea exitosa.
Al llegar la época de cortejo los peces betta machos no exhiben altos niveles de agresión hacia las hembras, y éstas cuando llega el momento de elegir parejas a menudo se agrupan para observar a los peces machos mientras luchan, ya que al presenciar este tipo de comportamiento agresivo entre un par de peces, es más probable que se interesen por copular con el ganador.
No obstante, los peces triunfadores no muestran preferencia alguna para con las hembras que se dedicaron a presenciar el combate y las que no lo hicieron, siendo esto algo irrelevante para ellos; mientras que los machos que resultaron perdedores normalmente intentarán cortejar exclusivamente a las que no estuvieron presentes en la pelea.
Una vez iniciado el proceso de cortejo, el pez betta macho expandirán sus agallas, extenderán sus aletas y girarán sus cuerpos haciendo una danza para atraer la atención de la hembra.
Si ésta se encuentra interesada, las tonalidades de su piel se tornarán oscuras y se dibujarán líneas verticales en su cuerpo, que se conocen comúnmente como barras de reproducción y son la señal de que sí está dispuesta a aparearse.
Una vez formada la pareja, el macho procederá a construir nidos de burbujas de distintos tamaños y grosores en la superficie del agua. Comúnmente las rocas o plantas de la superficie forman una base para dichos nidos.
La cópula del pez betta recibe el nombre de abrazo nupcial, debido a que el macho rodea a su compañera y la cubre con su cuerpo. Luego de este acto, ella libera de 10 a 40 huevos después de cada abrazo, hasta que no tenga más disponibilidad. Posteriormente, el macho expulsa su fluido seminal para que la fertilización se lleve cabo externamente.
Durante y después del apareamiento el macho utiliza su boca para recuperar los huevos que se hundan y depositarlos en el nido de burbujas; normalmente la hembra ayuda a su pareja o decide devorar todos los huevos que logra atrapar.
Una vez terminado el acto la hembra será expulsada del territorio del macho para evitar que coma los huevos, e incluso el mismo puede llegar a matarla en caso de que muestre signos de agresividad.
El macho será el que cuide a los huevos, y él mismo se encargará de guardarlos cuidadosamente en su nido de burbujas, reparándolo según sea necesario y asegurándose de que ninguno de ellos caiga al fondo.
La incubación requerirá de un lapso de tiempo de 24 a 36 horas y transcurrido este período, las larvas recién nacidas permanecerán en el nido durante dos o tres días más.
Luego de que sus sacos vitelinos estén completamente desarrollados, abandonarán el nido y podrán empezar a nadar libremente.
Las crías del pez betta se alimentan al principio con el saco vitelino y luego podrán comenzar a consumir microorganismos tanto animales como vegetales.
En esta fase de su desarrollo, las crías dependerán totalmente de sus branquias; podrán hacer uso de su órgano laberíntico a partir de las 3 a 6 semanas de edad, luego de las cuales serán capaces de respirar oxígeno atmosférico.
Esta especie alcanza su etapa de madurez sexual a los 4 o 5 meses y su esperanza de vida es de aproximadamente 3 años.
Pez Betta en Peligro de Extinción
Entre las amenazas a las que enfrenta el pez betta se encuentra su alta demanda en los acuarios, debido a que es muy llamativo por sus colores vibrantes, al mismo tiempo que es considerado exótico en muchos países.
Estos altos niveles de comercialización dan paso a un gran número de ejemplares criados en cautividad, lo cual puede ser un factor bastante negativo si no se les brindan los cuidados necesarios, y por consiguiente también produce una notable reducción de las poblaciones silvestres de esta especie.
Otro peligro que pone en riesgo la estabilidad de este pez es la destrucción de su hábitat, debido a que los ecosistemas acuáticos donde viven se han visto altamente contaminados por las actividades humanas, tales como las aguas residuales domésticas y urbanas, las efluentes tanto agrícolas como forestales, así como las industriales o militares; reduciendo de esta forma sus sitios de alimentación y reproducción.
Las enfermedades son otro de los factores que inciden negativamente contra la conservación de este pez, llegando la mayoría de los casos a provocarles la muerte.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) el pez betta es considerado una especie en situación de amenaza, clasificado como Vulnerable (VU).
Entre las estrategias recomendadas por esta organización para la conservación de este animal figura la cría en cautividad de poblaciones silvestres, la cual también incluye la reproducción artificial; y por último también sugiere el manejo de hábitats conocidos a fin de brindar las condiciones óptimas para la estabilidad de esta especie.
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